La semana del 16 al 20 de diciembre de 2024 tendrá lugar en Ginebra la 10.ª sesión del Grupo de Trabajo Intergubernamental de la ONU para la elaboración de un instrumento jurídicamente vinculante sobre empresas y derechos. 6x63
Esta reunión, inicialmente prevista para octubre, fue aplazada de manera inesperada a diciembre, dejando a muchas organizaciones de la sociedad civil sin la posibilidad de poder asistir. Por esa razón y con la intención de poder escuchar algunas de esas voces, hemos organizado a través de CIDSE, Cáritas Internacionalis, Pax Christi Internacional y Trócaire un webinar/seminario online especial a modo de evento paralelo (side event) a las sesiones de la ONU titulado «Cuidando de nuestra Casa común» para poder reflexionar sobre cómo la responsabilidad corporativa y la necesidad de un instrumento jurídicamente vinculante para las empresas trasnacionales y otros tipos de empresas están vinculadas al cuidado de nuestra Casa Común.
Este encuentro tendrá lugar el 12 de diciembre a las 15 h (CET Time) con interpretación en inglés y español, y en él que se contará con la participación especial del arzobispo Ettore Balestrero, observador permanente de la Santa Sede en Ginebra (ONU, instituciones internacionales, OMC-Organización Mundial del Comercio y OIM-Organización Internacional de Migraciones). Además, se contará con la participación de Martha Inés Romero, secretaria general de Pax Christi, Diego Alejandro García Pedraza, responsable del Programa para América Latina y el Caribe, Pax Christi y los casos de Parlamento Xinca de Guatemala y de la diócesis de Marbel en Filipinas. En el encuentro, Armin Paasch, de Misereor y miembro del Grupo de Trabajo de CIDSE sobre Regulación Corporativa, presentará el documento de recomendaciones y contribuciones a esta 10.ª sesión, que será publicado en la web de CIDSE a partir del día 16 de diciembre y que sigue la estela y amplía el ya presentado en la última sesión en 2023 (publicado también en español).
En preparación de esta décima sesión, el Grupo de Trabajo sobre Regulación Corporativa de CIDSE en el que participamos en Manos Unidas, no solo participará en esa sesión de diciembre, sino que también ha participado, representada por Marta Isabel González Álvarez del departamento de Incidencia y Alianzas, por primera vez en el 13.ª Foro de Empresas y Derechos Humanos de la ONU que ha tenido lugar del 25 al 27 de noviembre en Ginebra, manteniendo interesantes encuentros para poder influir en las negociaciones y el trabajo que se realiza en ese grupo y pedir a la UE un mandato que ayude a avanzar en la negociación de ese instrumento legal vinculante. Este es el interés que demanda la sociedad civil y sobre todo las poblaciones de los países empobrecidos que son, generalmente, los más afectados por aquellas corporaciones que vulneran derechos humanos y el medioambiente, y por eso se pide regular las actividades de las empresas transnacionales y otras empresas en el derecho internacional de los derechos.
Han pasado diez años desde que se iniciaron las negociaciones para un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre las empresas transnacionales y otras empresas comerciales con respecto a los derechos humanos. Hasta ahora, los debates han avanzado poco, mientras que la reivindicación de justicia de los pobres permanece en silencio. Por eso, desde las organizaciones de la Iglesia trabajamos para lograr influir a los Estados y que muestren voluntad política para avanzar en las negociaciones.
Un instrumento jurídicamente vinculante para las empresas transnacionales (ETN) y otras empresas puede ser un ejemplo de lo que el papa Francisco pide en Fratelli tutti: solidaridad internacional y comportamiento ético para hacer frente a retos globales como la pobreza y las desigualdades. Además, los Estados deben intentar alcanzar un cierto nivel de coherencia entre la legislación sobre derechos humanos ya adoptada o por adoptar por los Estados, las organizaciones regionales intergubernamentales o las organizaciones internacionales, alineando sus leyes con las normas internacionales (UNGP, directrices de la OCDE) para que estos principios sean aplicables.
Y es que es obvio pero necesario resaltar que las empresas deben respetar los derechos humanos y no deben explotar el medio ambiente, las personas o las comunidades. La dignidad humana debe estar en el centro de todas las prácticas sociales y económicas. Un marco normativo sólido y completo, armonizado a escala mundial, regional y nacional, garantizará que las ETN y otras empresas respeten los derechos humanos y fomenten una participación económica justa.
Todas las prácticas económicas deben contribuir al cuidado de nuestra Casa Común, lo que incluye la sostenibilidad ecológica y la justicia social, en lugar de exacerbar las desigualdades globales. Las empresas transnacionales provocan a menudo importantes impactos ambientales fuera de sus propios países, pero no se las responsabiliza de los abusos y daños que producen. Un instrumento jurídicamente vinculante garantizaría que las empresas rindan cuentas por la degradación y explotación del medio ambiente, en consonancia con las enseñanzas de la encíclica Laudato si’.
La mayoría de las víctimas de abusos empresariales son poblaciones pobres y marginadas. A menudo experimentan múltiples obstáculos para acceder a la justicia. Los Estados deben garantizar que el instrumento jurídicamente vinculante protege los derechos de los grupos más afectados, como los pueblos indígenas, las mujeres y los defensores del medio ambiente y los derechos humanos.
Por último y como ha destacado el papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti y en la exhortación Laudate deum tenemos la obligación moral de cuidar los unos de los otros y participar en los procesos políticos para hacer oír nuestra voz.
Para ello, debemos situar a la persona humana y su dignidad en el centro de nuestro trabajo y apoyarnos mutuamente en nuestros valientes llamamientos colectivos en favor de la justicia y la dignidad.
