En febrero del año pasado, Manos Unidas Barcelona presentó su campaña anual, "Creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas", con una conferencia a cargo del filósofo y teólogo catalán sc Torralba. Bajo el título "¿De qué hablamos cuando hablamos de dignidad" la exposición concluía que cuando hablamos de dignidad hablamos de reconocimiento, concepto a reivindicar a "la sociedad del desprecio" en que vivimos. Nos decía Torralba que 6g1m3c
por reconocimiento debe entenderse ponerse en la piel de alguien, tratarlo como un igual, superando la asimetría, sin convertir el sujeto vulnerable en un mero depósito asistencial. Reconocer al otro como alguien que cuente.
En nuestra sociedad actual, con su globalidad y su individualismo, prevalece resolver nuestras necesidades y nuestras urgencias. En estos momentos complicados y de gran alarma mediática por el coronavirus, queremos reivindicar las palabras de Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados: "En estos tiempos difíciles, no nos olvidemos de los que escapan de la guerra y de la persecución [huyendo de sus hogares en busca de un lugar seguro]. Hoy más que nunca necesitan, como lo necesitamos todos y todas, solidaridad y compasión".
Según ACNUR, a finales de 2018 había en el mundo 71 millones de desplazados, que en una gran parte son acogidos por los países más pobres, seguidos por los de ingresos bajos y medios.
Esta emergencia sanitaria que vive actualmente el mundo ha supuesto en la práctica la congelación de los reasentamientos y las peticiones de asilo a parte de la UE.
Si unimos estos dos últimos datos entenderemos que, como mínimo, tenemos que actuar sobre las condiciones de los campamentos y asentamientos ya creados. No podemos quedarnos en concienciar sobre prácticas seguras de higiene, como lavarse las manos, ya que en algunos campamentos no hay agua, las instalaciones sanitarias son deficientes y ellos, en su penuria, tienen el sistema inmunitario muy mermado.
Manos Unidas apoya desde hace años distintos proyectos de mejora de las condiciones de vida de los refugiados desde la asistencia médica, psicológica o educativa a la nutricional, o de agua, así como apoyo en solicitudes de asilo. Por ejemplo, el ejecutado conjuntamente con el Servicio Jesuita de Refugiados (JRS), y que consistió en atender, durante la segunda mitad de 2018, a 400 familias de los suburbios de Amman, beneficiando directamente unos 2.000 refugiados, y que estaba alineado con los ODS nº1 "Fin de la Pobreza", nº2 "Hambre Cero", nº3 "Salud y Bienestar" y nº 10 "Reducción de las Desigualdades".
En esta línea de reconocimiento y empatía con los desplazados, hoy queremos hacernos eco del estreno en línea documental Escaping War, producido por estudiantes de una de nuestras escuelas colaboradoras (Instituto Vall de Llémena de Sant Gregori, Girona ). Según ellos mismos nos cuentan
El documental narra las emociones de niños y adolescentes exiliados. A través de entrevistas, se hace un paralelismo entre los sentimientos de los niños sirios que han tenido que huir de la guerra y los de los abuelos que eran niños cuando tuvieron que huir de la Guerra Civil Española. Todo esto está contado desde el punto de vista de nuestros alumnos y el de los alumnos de otro centro educativo de Viena (Programa Erasmus Plus). Ahora, que por desgracia el drama humano que están viviendo estos adolescentes sirios continúa, está eclipsado por la pandemia del Covid19. Sin querer estamos normalizando las imágenes que nos llegan de Grecia, y queremos recordar que hay mucha gente que sigue sufriendo y muriendo.
