En esta edición el encuentro pretende reconocer al migrante como persona y por tanto su derecho a ser tratado como tal. Por ello, durante la conferencia, los dos premiados expusieron su testimonio como activistas defensores de los derechos de los migrantes a través de las organizaciones Caminando Fronteras y Agencia Habeshia, respectivamente. 5s10f
Helena Maleno, periodista e investigadora especialista en migraciones y trata de seres humanos, pedía de manera introductoria que el derecho a la vida este por encima del control migratorio. Durante su intervención, Maleno criticó que durante años las autoridades y medios han sembrado odio, utilizando palabras como invasión para referirse a los inmigrantes, haciendo uso del “ellos” como elemento diferenciador y estigmatizador: “ellos vienen y nos quitan el trabajo”.
Maleno denunciaba que las industrias armamentísticas europeas, como Indra, venden el 82% de su producción a África y además gestionan el control migratorio. Es decir, existe un “doble business”, por un lado son esas empresas las que financian los conflictos para después bloquear a la gente que huye en las fronteras.
La periodista y activista explicó algunas de sus labores, como la lucha por conseguir que los responsables de las fronteras que han actuado de forma violenta contra los migrantes respondan ante un tribunal por sus delitos; y la lucha contra las devoluciones en caliente en Melilla y la falta de protección.
Por su parte, el sacerdote Mussie Zerai, centró su intervención en conocer las causas por los que la gente tiene necesidad de dejar sus lugares de origen y emigrar. En Eritrea, lugar de procedencia de Zerai, huyen cada año del país una media de 34.000 personas, especialmente jóvenes, de los 6 millones de personas que la habitan.
Zerai explicaba que Eritrea vive una dictadura sin Constitución, sin derechos fundamentales y libertades de ningún tipo, y en la que se producen torturas por parte del Estado. Las mujeres son forzadas sexualmente por parte del ejército eritreo y los hombres sometidos a trabajos forzosos. Por estas razones los ciudadanos han de huir de sus hogares.
La Unión Europea está llevando un proceso de acuerdos con 21 países de África con la intención de crear una barrera que evite los procesos de migración. Zerai denuncia que estos acuerdos se están haciendo con países como Eritrea, un régimen dictatorial, y Sudán, cuyo presidente está acusado de crímenes de guerra y tiene mandato de captura internacional. Acuerdos que equivalen a unos 200 millones de euros, que financian los ejércitos que controlan las rutas de la migración, “criminales puestos para controlar las rutas” en palabras de Zerai.
Crónica de Leyre Merino, de Mans Unides Barcelona